Y llegamos a El Salvador...

Hola a todos!!

Desde que llegué el lunes a las 18:30 (2:30 del martes hora española) he estado buscando algún huequito para poder escribir el primer post salvadoreño. Un par de días después ha llegado el momento.

Después de levantarme a las 4 de la mañana y de una bonita despedida de padres y hermana agarré el avión de las siete de mañana a Madrid (aquí el verbo coger está prohibido, así que mejor que lo vaya olvidando si me quiero ahorrar algún problema). Una vez allí, y tras unas horas de espera, empezaron a llegar compañeros que también salían ese día para sus distintos países. Fue bonito volvernos a reencontrar y ver la ilusión que todos llevábamos por empezar nustras respectivas aventuras.

Por fin llegó el momento y a las 12:35 despegamos de barajas rumbo al país desconocido: El Salvador. Más allá de unas graciosas turbulencias y de un aterrizaje digamos algo brusco en Guatemala (única escala del viaje) lo que me sorprendió realmente fue la cantidad de historias humanas que encerraba ese pájaro de acero... La hondureña que emigró a España y hacía más de ocho años que no veía a sus padres, la guatemalteca que tras estar varios años trabajando en España se había quedado parada y tenía que regresar a su tierra natal, la salvadoreña que, con su niña de apenas un añito, volvía a su tierra para que su hija conociera a sus abuelos... cada historia, cada vivencia personal, seguramente daría para escribir una novela o, al menos, para darnos cuenta de lo duro que es tenerte que alejar de tu tierra y de tu gente para poder sobrevivir.

Cuando llegamos a San Salvador, y tras dar todo tipo de explicaciones de nuestra llegada en la aduana del aeropuerto, nos estaba esperando Mario, chófer (motorista aquí) del Centro Cultural de España en El Salvador, uno de los lugares donde voy a trabajar. En su furgoneta tuve la primera visión de la ciudad... casas colocadas en las laderas de un volcán, buenas carreteras, mucha vegetación por todas partes, etc.

 Llegamos al hotel o casa de huéspedes donde nos estamos alojando hasta que encontremos apartamento y tras dejar las cosas, nos recogieron dos chavalas cooperantes para llevarnos a cenar algo y darnos una cálida bienvenida. A pesar del cansancio acumulado, salimos a cenar a una pupusería a probar por primera vez las pupusas, plato típico de aquí del que ya os hablaré en otro post. Después de tantas horas sin dormir pensaba que dormiría a pierna suelta, pero a las 4:30 me desperté con la sensación de haber dormido un día entero... y llevaba cuatro horas!! No sé el motivo pero a los cuatro nos pasó lo mismo... quizá el hecho de que a esa hora ya es de día y hace un sol increíble. Amanece a las cuatro y media y a las seis y media ya es completamente de noche... algo impactante que no me esperaba.

Ayer fue día de presentaciones en el trabajo, de cuyas funciones y compañeros os hablaré en otro post, y las primeras impresiones fueron muy buenas, de lo uno y de lo otro. También aprovechamos para sacarnos el NIT (número de información tributaria), comprarnos un móvil en movistar que tiene para llamar y poco más (11 dólares) y por el que nos regalaron dos piezas de pollo en El Pollo Campero (restaurante muy famoso de aquí) y concertar una cita hoy a las 9:30 para ver un apartamento de 3 habitaciones que se encuentra al lado de uno de los lugares donde voy a trabajar y que espero que sea perfecto y que podamos trasladarnos hoy mismo. Si no, habrá que seguir buscando.

Hoy me he despertado a las 4:40 y tras hacer un esfuerzo he logrado quedarme dormido hasta las 6:00... pero parece que no se puede dormir más aquí. Mi cuerpo se ha acostumbrado pronto al horario salvadoreño. Son las 7:36 y voy a ir dando por finalizado este post, para hablar un rato por skype con la familia y empezar el nuevo día, con ganas e ilusión por seguir conociendo esta apasionante ciudad que llaman San Salvador.

Saludos para todos y seguimos en contacto!

Pd 1.- Por si queréis contactar conmigo la forma más fácil es el skype. El mío es jose.javier.puerto

Pd 2.- Os dejo dos fotillos: la primera sobrevolando Haití y la segunda con mis tres compañeros esperando en el aeropuerto de Guatemala.