viernes, 13 de abril de 2012

Una Semana poco Santa...

Buenas a tod@s!

Son las 18:56 del 10 de abril de 2012 y me dispongo a escribir un nuevo post en este libro de memorias llamado blog. Tengo la sensación de que me ayudará a recordar todo lo bueno que estoy viviendo aquí cuando ya hayan pasado unos años y mi cabeza pretenda empezar a olvidar El Salvador.

Hace ya cerca de un mes que no escribo y se me acumulan las cosas que contar, teniendo siempre presente el objetivo de encontrar la medida justa entre poder dejar por escrito aquello que me parece interesante, pero sin llegar a aburrir a los lectores, que con sus 4.259 visitas hacen que tenga sentido dedicar unas horas a llevar más o menos al día este blog.

Empezaré contando que tuvimos otro baby shower en el Centro Cultural, que como recordaréis es un acto que se prepara para despedir a una compañera que está a punto de dar a luz, y se le hacen una serie de regalos para celebrar el momento y ayudarla con los gastos del bebé. En esta ocasión le tocó el turno a Rina, la compañera que lleva todo el tema de la contabilidad.






La pobre, con una barriga que casi no le entra ya por la puerta, sigue trabajando para dejar todo listo antes de dar a luz, lo cual parece que está al caer... le deseo que le vaya todo muy bien.

También pasamos un fin de semana en un lugar llamado Atami, una especie de club social, en el que "celebrábamos" la despedida de Susana, una compañera de la cooperación que, además de buena gente, es jiennense. Allí pasamos un gran rato todos los compañeros de trabajo, con relax, risas y convivencia.



Susana con su hija Carito
Que no muerdo...


Boca colorada relleno de camarones
Algunos compañeros le dedicaron un vídeo muy emotivo de fotos que recordaban toda su estancia en El Salvador, país en el que conoció a su marido, se casó y tuvo a su hija, entre otros muchos eventos inolvidables.



Después vinieron los regalos y los abrazos con sus respectivas lágrimas...



Después de unos ratos de risas en la noche nos fuimos a dormir, para al día siguiente poder contemplar unas vistas como éstas...




El sitio como veis era bastante bonito. Incluso mi compañero Carlos y yo nos atrevimos a jugar un partido de voley playa contra unos chavales de la zona, y lo peor es que hasta les ganamos... y no, no eran el equipo de la ONCE.

Después de esa despedida volvimos a celebrarle otra. Fue en un restaurante mejicano llamado Zócalo en el que se come de gran categoría.



Pues después de tanta celebración de despedida, cuando he vuelto de las vacaciones de Semana Santa, me he enterado que le renuevan el contrato y que se queda en el país al menos dos años más. Así que, aunque aún no he podido hablar con ella, imagino que estará muy feliz... y yo también por ella!

Y ahora me queda hablaros del viaje que hice en Semana Santa... cuando parecía que ningún plan iba a llegar y que me quedaría en San Salvador pasando el tiempo, mi jefa en la Secretaría de Cultura (Ministerio de Cultura en España), Georgina, me invitó a hacer un viaje con unos cuantos de compañeros. El destino sería Tikal, Livingston y Río Dulce, todo ello en Guatemala. Dije que sí sobre la marcha y así comencé a preparar el viaje, que transcurriría del 1 al 5 de abril.

Íbamos 9 personas más el conductor de este microbus.

Salimos el domingo día 1 de San Salvador a las 6 de la mañana (la salida era a las 3 pero el conductor se quedó dormido el... pobrecito). La gracia es que cuando dos horas después llegamos a la frontera con Guatemala, y tras esperar una cola y todo lo que conlleva una frontera en estos países, nos echaron para atrás puesto que las tres niñas que iban con nosotros no llevaban pasaporte, sino la partida de nacimiento, y eso ya no estaba permitido... Gran alegría que me llevé como podéis imaginaros, pero comprendiendo la situación... La única solución era volver a San Salvador y hacerse los pasaportes sobre la marcha, y eso fue lo que hicimos, solo que Georgina, su hijo y yo nos quedamos a medio camino para conocer una ciudad llamada Santa Ana.

Frontera de El Salvador
 

Catedral de Santa Ana
Georgina lleva la palma típica del Domingo de Ramos
 


Tras pasar unas cinco horas en esta bonita ciudad, y ya con los pasaportes, pudimos iniciar el viaje, que nos llevaría esa noche a Río Dulce...

Revuelto con tomate y cebolla, frijoles, plátano frito, crema y queso
Estatua que creo que debe ser un homenaje al pescador
Allí pasamos la noche y al día siguiente fuimos a desayunar a un bar donde me encontré con una camarera cuyos dientes seguramente valgan más de lo que yo vaya a ganar aquí... lo que es tener estilo, eh?

Qué combinación de estrellas...
Después de un buen desayuno, de nuevo al microbus para conocer Río Dulce...




Puerto de Río Dulce
Del puerto de Río Dulce agarramos una lancha para ir al Castillo de San Felipe... los viajes en lancha por estos ríos son impresionantes...


Diana
Castillo de San Felipe
 
La niña mellada (o cholca, como le dicen aquí) es Diana y ha sido el gran descubrimiento del viaje. Tenía unas ocurrencias que tenías que reírte. Ella podía decir que quería cualquier cosa, pero la madre le decía que no, y ella sólo decía "ah, vaya", y tranquilamente se conformaba. "Mamá, no quiero comer frijoles", "sí hija, te los tienes que comer", "ah, vaya"... Y se los comía sin ningún problema. Lo decía con una resignación que todos nos matábamos de la risa (como dicen aquí).

Aquí van algunas fotos haciendo el tonto en el castillo...














Una vez volvimos a Río Dulce en la misma lancha que nos había dejado en el castillo, partimos rumbo a Tikal, que es uno de los mayores yacimientos arqueológicos y centros urbanos de la civilización maya precolombina. Está situado en la región de Petén, y forma parte del Parque Nacional Tikal que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por UNESCO en 1979.

Durante las largas horas de viaje nos encontramos hasta con un entierro, que nos hizo estar un rato detrás del cortejo fúnebre... con la calor que hacía el muerto creo que se estaba incinerando solo. 

Por fin llegamos a Tikal el lunes por la tarde noche. Ese día sólo nos dio tiempo a instalarnos, acampar, cenar, y pasar un rato de risas a la luz de unas velas...




En ese rato que pasamos Diana volvió a demostrar su gracia natural cuando jugamos a "adivina quién soy". Se trataba de pensar un personaje y los demás tenían que adivinar quién era haciendo preguntas. Cuando le tocaba a ella era un espectáculo. Una de las veces dice... ya lo tengo... empezamos a preguntar... es actor? es cantante? y dice ella... es español. Seguimos preguntando... y sale en la tele? es muy famoso? y dice ella como resignada... eeeeestá aaaaaquí! jajaja! Yo era su personaje famoso. En otra ocasión una de nosotros dijo soy estrella de cine... y contestó ella emocionada... PATRICIO!! (el de bob esponja). No se puede ser más graciosa.

Al día siguiente nos levantamos con unos amigos muy simpáticos alrededor de las tiendas de campaña... PISOTES!



Tras desayunar nos introdujimos en el parque para conocer las maravillosas ruinas mayas. A continuación intentaré hacer una selección de las fotos más impactantes, porque como imaginaréis tengo cienes y cienes espectaculares.

Tronco de la Ceiva (un árbol "chiquetito")
Copa de la Ceiva
 











Mono Araña (a mí no)
No os creáis que me costó como diez minutos...
Niños vendiendo muñecas típicas
 
Tikal es un sitio alucinante... te planteas cómo podían hacer esas construcciones en aquellos tiempos. Los Amaya eran una familia muy trabajadora y se ve que tenían paciencia para ir poniendo tantas piedras una encima de otra... y ahora que las casas las hacen con paredes de papel que te enteras hasta de lo que come el vecino... piedras hombre!! eso sí que eran construcciones de verdad... 

La verdad que se respiraba mucha paz y tranquilidad en ese sitio y la mezcla de cultura, flora y fauna tiene un gran encanto. Totalmente recomendable.

Esa noche dormimos de nuevo en las tiendas de campaña y nos cayó una gran lluvia acompañada de rayos, truenos, y todos los fenómenos climatológicos asociados... una monería, en definitiva.

A la mañana siguiente tocó recoger y salir de nuevo para Río Dulce, de donde partiríamos para la isla caribeña de Livingston. Este viaje en lancha de una hora y media ha podido ser lo mejor del viaje para mí. No se puede disfrutar más de la naturaleza y ver cosas más impresionantes.


Gasolinera de lanchas en medio del mar
 


Isla increíble sólo habitadas por patos negros

Niños en barca que se nos acercaron a vendernos estrellas de mar


Nenúfares
 


Livingston visto desde el mar
Livingston es Caribe, y con eso es suficiente. La mezcla de culturas que os contaba en el viaje a Costa Rica volvieron a reflejarse en esta ciudad. Es un sitio verdaderamente apasionante.

Después de encontrar un hotel para alojarnos y de comer el "rice and beans" típico caribeño nos fuimos a la playa de Quehueche, a la que volvimos a ir al día siguiente. Os dejo a continuación fotos de esta playa, así como un vídeo que recoge parte del camino que recorrimos en un taxi pick up para poder llegar al mar. En el vídeo se aprecian cómo son las casas, cómo es la gente y lo incómodo que es grabar de un pick up en movimiento.











Y atentos a la puesta de sol en esta playa... ¿hay algo más bonito que una puesta de sol? Juzguen ustedes mismos...





Un cangrejo... ¿azul?
Sapo (sé que también los hay en España, pero me hacen gracia)
Terminamos la noche en un bar tomando alguna copita (realmente yo me pedí un licuado de melón con leche, pero la foto con los mojitos vende más...).


Nos levantamos tempranito al día siguiente para poder ver esta maravilla de sol...





Ya íbamos de vuelta al hotel para terminar de recoger las cosas y salir cuando de pronto en una plaza nos encontramos con estos animalitos, como quien no quiere la cosa...



Las criaturitas en realidad tenían menos dientes que el feo de los Calatrava, así que me atreví...

Así lavan en Livingston... para que nos quejemos porque un día no nos funciona la lavadora...


¿Tenéis hambre? ¿Y si os enseño lo que fuimos a desayunar esa mañana?

Fuimos de nuevo a la playa del día anterior, aunque nos situamos en un lugar distinto. De pronto un barco pasó por nuestro lado mientras nos bañábamos ofreciéndonos elotes (mazorcas de maíz) y cocos... No pudimos rechazar la propuesta...





Ya sólo quedaba volver a agarrar la lancha de vuelta a Río Dulce y de ahí unas cuantas de horas en microbus, pasar las fronteras... en fin, la historia que ya os sabéis.

Fue un viaje perfecto, uno de los sitios que nadie que visite Centroamérica se debe perder. Y encima la compañía no pudo ser mejor, así que he pasado una gran semana... poco santa.

No os lo vais a creer pero termino este post a las 00:32 del día 13 de abril. Ahora mirad arriba del todo donde decía cuando lo empecé a escribir... Pues sí, este post se ha resistido por lo extenso y por la gran cantidad de fotos que os quería enseñar. Dudo mucho que alguien que no sea mi madre lo lea entero, pero al menos seguro que alguna fotillo os dará ganas de visitar esto alguna vez en vuestra vida.

Me despido ya, que es hora. Sólo quería decir que me quedan apenas dos meses y medio aquí, que empiezo a ver cercano el momento de la partida y que esto coincide con mis mejores momentos en El Salvador. Para todos los que os preocupáis, que sepáis que estoy muy contento y que me gustaría estirar esto todo lo posible... de momento vivo cada día como si fuera el último. Así no me iré con la sensación de poder haber hecho más.

Gracias por seguirme, gracias por leerme.

Hasta pronto amigos!!