El Día de la Calabiuza

Hola a tod@s!!

Durante esta semana he tenido en mente un pensamiento que se ha repetido en varias ocasiones... el coraje que me da que no podáis ver las cosas que estoy viendo. Las fotos dan una idea, e incluso a veces podréis imaginaros cómo debe ser esto, pero hay muchas vistas y momentos que la cámara no capta con nitidez. Y por supuesto, la cámara tampoco capta las emociones, que son tan importantes o más que lo que se puede percibir con los ojos.

Esta semana ha pasado muy rápida. Entre otras cosas porque el miércoles fue fiesta aquí (día feriado, como se dice por estas tierras) ya que celebraban el día de los muertos. En España es fiesta el de los santos y aquí el de los difuntos. Aquí Halloween tiene bastante tirón porque, como creo que ya os he dicho alguna vez, en muchos campos están muy americanizados. 

Aprovechando que el miércoles era fiesta, el martes decidimos sobre la marcha ir a un pueblo salvadoreño, con un nombre muy fácil de recordar y que creo que nunca voy a decir bien... TONACATEPEQUE. De momento sólo me sale el "peque" del final, pero espero ir mejorando... 

Nos dijeron que estaba a una media hora, pero aquí te dicen que te hacen algo "ahorita" y no lo esperes hasta hora y media después... el salvadoreño es tranquilo por naturaleza, y eso que tendrán ganado en salud. 

El motivo de ir a este pueblo es que celebraban el llamado Dia de la Calabiuza, que da título a este post. Se trata de una fiesta llena de tradiciones que reúne a los personajes de la mitología salvadoreña, donde encontramos por ejemplo la Siguanaba, el Cipitío, el Padre sin cabeza o el Justo Juez. Se agrupan en los distintos barrios del pueblo y también pueblos de alrededor, y cada grupo va con una carroza hecha de forma rudimentaria, con alguno de estos elementos mitológicos y además van todos disfrazados. Todo esto envuelto en un halo de miedo muy conseguido, por la oscuridad, el fuego y los gritos estilo tribu que iban dando durante todo el recorrido... 

La verdad es que disfruté bastante el momento, sobre todo porque creo que es lo más parecido al carnaval que voy a ver en estos 9 meses... así que me imaginaba que cada grupo era un coro que participaba en la cabalgata... quien no se consuela es porque no quiere, no??

Me gustó conocer este pueblo de El Salvador profundo... sería algo así como Benacazón en Sevilla... y la tradición muy interesante. Os dejo un vídeo para que os hagáis una idea más cercana del evento.

A la vuelta, nos llevamos riendo como media hora con una gran tontería, pero que nos hizo mucha gracia a Alba, Carlos y a mí, que íbamos en la parte de atrás del coche. Resulta que la ruta tenía unas carreteras algo vacilantes y el chaval que conducía, Alex, no es precisamente suave conduciendo... El caso es que Alba comenta que se va a quedar dormida... y le digo que capaz era de quedarse dormida con ese triquitraque que llevábamos en el viaje. Me dice que ella no tiene problema, que ella se quedó una vez dormida en Pachá... y le contesto yo... habrías comido mucho, no? 

(Pachá es una discoteca de Madrid y empachá ya sabéis lo que significa...). 

Me estoy dando cuenta que la poca gracia que pudiera tener esto se pierde totalmente al escribirlo... jajaja!! Pero nosotros tres nos llevamos riéndonos sin parar gran parte del viaje... 

El resto de la semana transcurrió tranquila, con bastante trabajo y saliendo tarde del centro cultural todos los días. Pronto empezaré a hablaros del trabajo, como algunos me pedís, pero esta semana prefiero obviarlo... el día que empiece a hablar quizá necesite hacer una monografía...

Para recuperarnos de toda esta carga de trabajo decidimos irnos a pasar el fin de semana a un ranchito en la playa de San Diego, también en la zona de La Libertad, como el domingo pasado, pero esta vez con la intención de quedarnos allí a dormir también. Este plan fue gracias a la invitación de nuestra taxista (de la que también prometo hablaros pronto), y una amiga suya, que es la dueña del rancho. Al final, después de que algunos españoles se "rajaran" en el último momento, sólo fuimos mi compañero de piso Nacho y yo, con ocho salvadoreños y salvadoreñas.

Os enseño algunas fotos del rancho:

El grupo con el que hemos ido son, como dicen aquí, "buena onda". Nos hemos reído mucho y confirmo que me gusta tratar con los salvadoreños, porque son gente muy hospitalaria, agradecida, simpática y, además, son educadísimos. Se bebieron entre 7 más o menos unas 65 cervezas... son un pozo sin fondo, sobre todo nuestra querida taxista... Además, la dueña de la casa es chef y nos ha tenido a cuerpo de rey con las comidas. Os pongo algunas fotos de los momentos de ocio (que han sido todos en realidad).

Una de las cosas que más me gustan es tumbarme en la hamaca, cerrar los ojos, y escuchar las olas rompiendo con fuerza contra la arena. En un mar tan enfurecido como el Pacífico este sonido es para disfrutarlo... cerrar los ojos, pensar, reflexionar, olas... VIDA!

Después de dormir unas pocas de horas, esta mañana hemos visto algo que nos ha impactado bastante. Un hombre cuya profesión es subirse a las palmeras para bajar los cocos... nos dijeron que se puede subir a unos 50 árboles diarios y estamos hablando de árboles de unos 10 a 15 metros... se subía a lo más alto en menos de medio minuto y tenía una agilidad que ya quisieran los monos... Y se sube usando sus manos, sus pies,y una cinta... ningún instrumento más. Hemos conocido a un auténtico artista.

 

Nuestra idea era volvernos hoy por la noche, estar llegando ahora, pero los planes se torcieron porque nuestra compañera Alba ingresó ayer en el hospital. Primero le dijeron que seguramente sería dengue... una enfermedad complicada. Después parece que se va a quedar en salmonelosis. Ya está en casa y bien, muy bien diría yo para lo mal que lo ha pasado estos dos días. Así que esta mañana nos volvimos para San Salvador, si bien antes pisamos el puerto de La Libertad, una de los sitios más interesantes que he visto hasta ahora. La idea era comprar pescado recién cogido pero, de paso, nos hemos dado una pequeña vuelta por el puerto, que tiene un encanto muy particular. Al final, la presa ha sido un boca colorada de 10 libras, que será cocinado en los próximos días...

Como os decía, al llegar a San Salvador fuimos al hospital para estar con Alba y esperar a que le dieran el alta. También allí nos hemos reído, y también aproveché para tener algún recuerdo de ese momento no muy agradable.

En este lejano país, donde nuestras familias sólo aparecen por webcam, tenemos que hacer piña y considerar que los cooperantes somos nuestra propia familia, una nueva familia que te ayuda y apoya en momentos complicados como el que vivimos este fin de semana.

Antes de ir despidiéndome os cuento que he descubierto que mi cámara nueva tiene una serie de funciones que no había visto antes (aunque seguramente la tienen muchas cámaras). Se pueden hacer fotos como las que os pongo a continuación:

Bueno, no os entretengo más que son las 21:48 y allí cerca de las cinco de la mañana. Espero que os haya entretenido este post, aunque he de reconocer que estoy un poco espeso y quizá eso se note en la redacción... No puedo terminar el post de hoy sin dejaros con algunas fotos de la playa y de la puesta de sol... en este momento me acuerdo de lo que os decía al principio, me encantaría poder prestaros mis ojos durante un rato para que viérais estas imagenes en directo... es increíble!!

Hasta pronto amig@s!!