Buenas de nuevo amig@s!
Da mucha alegría que cuando llevas la mitad del post escrito cierres la página sin darte cuenta y se borre todo. Pero bueno, vamos de nuevo que la ocasión lo merece.
Lo de estar dos semanas sin escribir se debe principalmente a que he estado bastante liado con el trabajo, a que tampoco pasaron cosas muy interesantes (a día de hoy ya sí) y a que he empezado a escribir para mi otra pasión, que son los carnavales, y que me tendrán ocupado bastantes horas de aquí a febrero.
Empiezo a escribir este post a las 20:24 y, como alguien me dijo que el último me quedó un poco largo, intentaré ser más breve y conciso, aunque cuando empiezo a ver las fotos me cuesta trabajo quitar alguna... de nuevo os digo que aunque las fotos no son malas -uno ya lleva sus añitos detrás de un objetivo- no pueden captar toda la belleza de los paisajes increíbles que estamos viendo, de las tradiciones que estamos viviendo o de las emociones que estamos sintiendo.
El domingo 13 de noviembre fue el Día Nacional de la Pupusa, día grande donde los haya, porque este alimento es el sustento diario de gran parte de la población y porque realmente están muy buenas (os recuerdo lo de aprenderos la canción "a mí me gustan las pupusas"). Cerca de San Salvador hay un pueblecito llamado Olocuilta que tiene fama nacional en ser grandes productores de pupusas, por lo que este día para ellos es una gran fiesta. Y como no podía ser de otra forma, nos colamos allí.
Hubo un desfile de gigantes y cabezudos o algo así, pero ya había terminado cuando llegamos. Nosotros pudimos ver otros actos, como bailes típicos nacionales y concursos realmente curiosos.
Mirando con detalle la foto superior, no sé si se me ve más cabeza a mí o al muñeco... Bueno, como os decía, los concursos eran bastante "originales" por llamarlos de alguna forma. El primero me pareció más normal, "la pupusera más rápida" se llamaba, y consistía en la mujer y la niña que hacían más pupusas en un tiempo determinado (en hombres no lo celebraron, pero haz tú el concurso de qué hombre se bebe más cervezas en una hora y se acaban las hojas de inscripción). Ésta fue la niña que ganó y, como véis tenía bastante repercusión mediática este título.
El segundo concurso fue un poquito más bestia. Se trataba del niño y del adulto que más pupusas se comía en veinte minutos. Yo, que no es como muy mal como sabéis, me como dos o a lo sumo tres y ya estoy reventando, y además sin prisa ninguna. Imaginaros como terminaría el niño que en veinte minutos se comió doce pupusas... y el adulto que en el mismo tiempo se comió 25... Pues en adultos ganó la única mujer que se presentaba... imaginaros el bicho... A mí se me quitó el hambre solamente de verlos. Para muestra mirad la carita del niño de amarillo antes de empezar el concurso y cuando ya estaba terminando... tenía una fatiguita que a veces hasta se sacaba las pupusas de la boca para no vomitar... en definitiva, un cuadro muy bonito para un domingo por la tarde...
Después de ver este concurso y el de adultos, nos fuimos a comer un par de pupusas y nos volvimos para San Salvador... en el coche iba yo pensando si en España permitirían hacer este tipo de concursos con niños...
Ah! Pero antes de agarrar el carro para volver, veo que viene detrás nuestra corriendo un hombre con una cámara y un micro... "se habrá enterado de que salgo en El Triángulo y querrá hacerme una entrevista", pensé yo... pero no, al final es que no sé por qué nos vio pinta de guiris y nos quería preguntar qué hacíamos allí y qué nos había parecido su fiesta. Nos dijo que estaría subido en youtube al día siguiente y, por más que busco, no lo encuentro. Aunque teniendo en cuenta que cuando le preguntaron a mi compañero Nacho qué es lo que más le había impresionado del Día Nacional de la Pupusa, él contesto "impresionarme, realmente, no me ha impresionado nada" puedo entender que no vayan a publicar nuestras entrevistas en la vida... Al menos, ahí quedan las fotos del único periodista que es capaz de llevar la cámara, sostener el micrófono y, además, hacer las preguntas! La crisis llega a todas partes...
Pasando a otras historias, el sábado 19 hice una pequeña comida en casa con alguno de mis amigos salvadoreños, que eran mayormente mi taxiamiga y su tropa. Estuvimos cocinando en casa (lo de estuvimos, como veréis en las fotos, es una forma de hablar...) y después nos subimos a la terraza a bañarnos y a preparar una barbacoa.
Esto es lo que aquí llaman chorizo |
Esto es arroz capeado |
Antes de llenarme de agua |
Después de llenarme de agua |
Esa noche terminamos en una discoteca bastante curiosa de la que ya hablaré en otra ocasión...
Y llegamos a este fin de semana! El Centro Cultural de España en El Salvador, para el que trabajo, organizaba desde el jueves una serie de conciertos en varios parques de San Salvador, donde tocarían bandas y cantantes bastante conocidos en Centroamérica. Yo estuve el jueves escuchando a un cantautor llamado Guillermo Anderson, de Honduras, que me gustó bastante. Os dejo un vídeo de una de sus canciones más conocidas... habla de todas las cosas que los centroamericanos que viven en EEUU echan de menos y que les piden a sus familiares cuando van a visitarlos. Se llama "el encarguito". Todos los alimentos de los que habla la canción vienen en el vídeo representados con fotos, para que veáis lo que como por aquí...
Ayer sábado estuve viendo con el grupo de españoles otras bandas, pero la verdad es que no era mi estilo de música. Bandas de éstas que el sonido les tapa las letras y que para mí producen más ruido que música... pero obviamente es cuestión de gustos. De todas formas, el hecho de estar tirados en un parque escuchando música ya es un gustazo.
En el concierto conocí a la primera gran personaje desde que estoy aquí. Una mujer que no sabemos de dónde salió, que se arrimó a nosotros y que no había forma de despedirla. Según contaba, era futbolista profesional y también hacía motocross (aunque yo diría que estaría por los cuarenta y tantos). Eran todas conversaciones surrealistas y unas preguntas que no había por dónde cogerlas. En un momento determinado tuvimos esta conversación. De pronto nos pregunta a mi compñaera Alba y a mí... "¿vosotros conocísteis al Papa?", "¿a qué Papa?", "a Juan Pablo", "pero si se murió hará un par de años", "no no no, se murió en el 2007", "ah bueno, de todas formas sí lo conocimos, por poco, pero sí". Yo me preguntaba... ¿¿me ha echado cinco años??
Al final terminamos cenando en un sitio llamado "La Doña" y volvimos a casa no muy tarde porque esperaba la aventura de hoy. Al llegar a nuestra urbanización, me di cuenta de que ya es navidad en San Salvador...
Y vamos llegando al final del post de hoy. Y creo que el final coincide con lo más espectacular... hoy hemos visitado el Volcán de Santa Ana, también llamado en lenguaje aborigen nahuat Ilamatepeque. Tiene una altura de 2.381 metros y es el más alto del país. Su última erupción fue en 2005 y, por suerte, esta mañana estaba tranquilito. Hemos salido de casa a las 8:30 y a las 11 estábamos empezando a subir. Han sido casi siete kilómetros entre subida y bajada... y en mi opinión, durísimo!! Podría contaros muchas cosas de cómo es esta maravilla de la naturaleza, pero creo que las fotos hablan por sí solas... Vais a ver fotos del volcán visto desde la carretera, de la subida, de las vistas desde el volcán (que son otros volcanes, montes, lagos, etc.), del cráter, de la vegetación que acompañaba la subida...
Ésta puede ser una de las 30 veces que me he doblado los tobillos |
Pasen y vean |
Nadie dijo que fuera fácil |
Ahora mismo no me siento las piernas, y mañana cuando me suene el despertador seguramente no podré mover ni las pestañas, pero la verdad es que ha merecido la pena.
Cuestas duras |
Esa isla en medio del lago se llama "Isla de los Dioses" |
El gran cráter |
El lago del cráter |
Por motivos de seguridad, en la subida nos acompañaban dos guías y dos policías. Hablando con uno de ellos me decía que subir y bajar este volcán y otros del alrededor es su trabajo desde hace 10 años. El que hemos subido hoy era su 647 vez y el de al lado iba como por la 1.560... cada vez que bajaba un volcán le ponía una crucecita... yo lo he subido una vez y me quería morir... no quiero imaginar diez años haciendo eso...
Volviendo al viaje, por fin coronamos!
Qué tranquilidad y qué paz se respiraba ahí arriba...
Una vez que descansamos un rato las piernas, empezó la bajada... que por ser bajada tampoco es que fuera mucho menos dura, porque se bajaba casi todo el tiempo entre piedras y había que tener bastante cuidado dónde apoyar el pie...
Al final, hemos terminado la expedición tomando en la base unas pupusas que nos han sabido a gloria y hemos tomado el camino de vuelta...
En definitiva, hemos echado un día buenísimo, de deporte, de vistas y de convivencia. Así que poco más se puede pedir... esta foto que pongo ahora refleja perfectamente cómo me he sentido... sólo me ha faltado volar!
Bueno amig@s, son las 23:18 y es hora de ir pensando en dormir. Sólo quiero llegando el final acordarme y mandar un abrazo fuerte a uno de mis compañeros de trabajo, Carlos, que se ha tenido que volver a España por un tiempecito, pero que lo esperamos de nuevo aquí con los brazos abiertos!
Hasta pronto!!